Si parece estar sufriendo de deja-vu más estos dÃas que en el pasado, probablemente no tenga nada de malo. Estás observando otra transformación en la economÃa contemporánea: minar el valor del pasado. Esto es más claramente visible en la industria de la música, donde la venta de catálogos anteriores se ha vuelto más rentable que la producción de música nueva. Bob Dylan vendió recientemente todo su catálogo anterior a Universal por $ 300 millones, y Neil Young ($ 150 millones) y Stevie Nicks ($ 100 millones) también cobraron.
Como explica un artÃculo reciente del Financial Times, esto es parte de la transición en la industria de la música de cobrar tarifas iniciales por la música a monetizar el consumo generando ingresos posteriores a partir de la transmisión. Un claro ejemplo de los resultados de este cambio lo da el éxito de 1984 de Wham "Last Christmas", que se mantuvo fuera del puesto número uno en su lanzamiento original por "Do They Know It's Christmas?" De Band Aid. Sin embargo, Last Christmas entró en el top 40 del Reino Unido en 15 ocasiones a lo largo de los años, alcanzando el top 10 no menos de 6 veces, y finalmente alcanzó el número 1 en el Reino Unido el dÃa de Año Nuevo de 2021, más de 36 años después de su lanzamiento inicial. Es muy apropiado que una canción con un tÃtulo nostálgico sea el mejor ejemplo del hambre de nostalgia en la industria de la música.
La razón básica de esta nostalgia es el lucro. Habiendo invertido en la producción original, la producción posterior de copias se vuelve sucesivamente más barata, y la "larga cola" de canciones en el catálogo de las compañÃas musicales se convierte en una fuente de ingresos aparentemente interminable. El editor de Wired, Chris Anderson, sugirió que las compañÃas discográficas verÃan que el 20% de las transacciones provenÃan de artistas actualmente populares y el 80% de canciones en el catálogo anterior. Sin embargo, Bobby Owsinski cita datos que muestran que alrededor del 80% de las canciones del catálogo anterior no generan ventas en absoluto. La falla potencial de este análisis es que, si bien la mayorÃa de la música puede no generar ventas, el 20% de los tÃtulos en el catálogo anterior que sà lo hacen probablemente será extremadamente rentable. Entonces, lo que es importante es tener artistas con un buen historial en su catálogo anterior; entonces sabrá que obtendrá el 20% que se vende, en lugar del 80% que no lo hace. Es por eso que las empresas están dispuestas a pagar sumas exorbitantes por música antigua de Bob Dylan y otros nombres famosos.
La cola larga también funciona para otros sectores. Por ejemplo, el blog Long Tail de Chris Anderson presenta casos de la industria de viajes y Netflix. Uno también podrÃa preguntarse si la nostálgica cola larga podrÃa funcionar particularmente bien para la herencia. La pandemia ha demostrado el potencial de las visitas virtuales a museos y galerÃas de arte, y ahora hay disponible una amplia gama de obras de arte como contenido digital para que las disfrutemos desde la comodidad de nuestro hogar. Habiendo atraÃdo visitas fÃsicas de turistas ansiosos por obtener nuestras y tener experiencias reales, podrÃa haber potencial para que las atracciones culturales desarrollen un modelo de cola larga, siempre que puedan encontrar formas eficientes de monetizar la experiencia virtual. Entonces podrÃamos tener la perspectiva de exhibiciones de gran éxito no solo encabezando las listas de los periódicos de arte durante el año en que se publican por primera vez, sino también las listas de exhibiciones virtuales que sin duda se construirán en el futuro. Esto también dará un nuevo giro importante a la planificación del legado para exhibiciones de gran éxito. La búsqueda de formatos digitales atractivos que exploten la larga cola en los próximos años puede convertirse en una parte integral del proceso de planificación de la exposición.